Amistad Orihuela  25 may 2018

Acerca de algunos errores básicos en la Nutrición

Acerca de algunos errores básicos en la Nutrición:

Uno de los problemas a nivel alimentario en nuestra vida diaria, es el equilibrio del pH. Es decir, si nuestros abuelos, por la carestía de vida y la pobreza de medios de su tiempo, no podían acceder a otro tipo de alimentación que no fuese la casi vegetariana, que se podría llamar auténtica dieta mediterránea, basada en fritos de pescado, ensaladas, quesos frescos y leguminosas, hoy en día, estos hábitos han cambiado claramente.

En esta dieta, existía un buen balance ácido-alcalino, un buen promedio de pH, que caía más del lado alcalino que del ácido. Hoy día, por el modo de vida que llevamos, el ratio de pH ácido-alcalino, se ha desplazado del lado ácido claramente. Es decir, si nuestros abuelos y ancestros, conocieron una alimentación apoyada sobre el 65 en alimentos de pH básico y 35 ácido, hoy día esta proporción se ha invertido.

Dependemos de comidas preparadas, embutidos, ahumados, salazones, carnes rojas, quesos muy maduros, huevos, salchichas, y un largo etcétera. Como consecuencia de esta inversión de pH alimentario, el organismo se resiente, y emplea estrategias de compensación, “robando” calcio de los huesos bajo dos sales bien conocidas, fosfato cálcico y carbonato cálcico. El organismo extrae estas sales de la masa trabecular ósea. El pH sanguíneo, situado entre 7.35 y 7.45 queda constantemente compensado por la aportación de estas sales tampón.

Los 7 errores básicos en la ya mal llamada “dieta mediterránea”:

Podríamos resumirlos como el consumo de : 1º) pan blanco, 2º) azúcar refinado, 3º) leche de vaca, 4º) vinagre de vino, 5º) el no empezar las comidas con ensaladas o frutas, 6º) la sal refinada, y 7º) el mezclar proteínas con carbohidratos con un índice de almidón alto, p.ej. el clásico filete de carne o pescado con patatas, o incluso huevo con patatas. Podríamos encontrar muchos errores más, pero nos ceñiremos a hacer un breve comentario de cada uno de ellos.

1er. error: el pan blanco. Cuando comes este tipo de “pan”, comes algo empobrecido, sin aleurona, sin gérmen, sin salvado, fibra insoluble que te ayuda a aumentar el bolo fecal, y a eliminar toxinas, metales pesados y materia fecal de putrefacción adherida a la pared interna del colon. En el germen, se encuentra la vida del grano, los ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados.

Todo lo que tenemos en este “pan”, es harina refinada, que forma una especie de engrudo al reaccionar con la saliva que se pega en la pared del intestino, impidiendo una buena absorción de nutrientes, y que los fermentos y enzimas digestivos pueden hacer su trabajo correctamente. Muchos estreñimientos se deben a la nocividad de este “alimento”.

2º error: ¿Qué decir de la leche de vaca?

Os recomiendo que leáis “el lado secreto de la leche” en la red, es muy clarificador. Retengamos que la desaparición de la lactasa y la renina, enzimas que procesan la lactosa y las proteínas de la leche, sucede entre los 4 y 6 años de edad. A nosotros nos sucede como a todos los animales, el organismo nos suministra “avisos” de abandono de este alimento, pero seguimos tomándolo, seguimos forzando la máquina. ¿cuál es el único mamífero que no se desteta? ¿por qué dar a mi bebé una leche de continuación basada en la proteína láctea, cuando las hormonas de crecimiento en esa leche están pensadas para un ternero y no en un bebé humano?

¿Qué ocurre cuando se pasteuriza la leche y se homogeiniza?

Pues que el pH de salida, es decir de la ubre de la vaca, es ligeramente alcalino, pero cuando llega a tu mesa en un brick, el pH ha cambiado, pasando a ser ácido. Es decir pasa de 7.1 a 5.8. ¿Qué comporta esto? Pues que el sumatorio de alimentos de origen animal, tiende a bajar el pH del organismo, y éste, tiene que elevarlo, es decir llevarlo a su sitio “robando calcio de los huesos”, las sales de calcio comentadas más arriba.

3er. Error: el azúcar refinado. Su metabolización conlleva robo de minerales y nutrientes de forma clara. Calcio, magnesio, vitaminas del complejo B, en especial la B1, la vitamina del amor y la serenidad. Su uso acidifica el pH, contribuyendo con lo argumentado más arriba a complicar más las cosas.

4º Error: el vinagre de vino. Al hecho de no comenzar las comidas con ensaladas, añadimos el aderezarlas con vinagre de vino. El ácido acético endurece los alimentos, por su acción sobre las proteínas, dificultando la digestión. Rompe la mucosa del estómago, facilitando la aparición de patologías como la gastritis. Erosiona el esmalte dental, y no contiene apenas nutrientes. Cuando pasa a la sangre, produce una cierta destrucción de glóbulos rojos, eritrocitos.

5º Error: no arrancamos las comidas con ensaladas Comencemos las comidas con ensaladas o frutas. Esto nos permitirá mejorar la formación de fermentos digestivos. Enzimas que procesarán mejor los alimentos, permitiendo que sean mejor asimiladas. El comenzar con frutas, realiza la misma función que la ensalada de hortalizas, tened en cuenta que no deberíamos mezclar frutas en la ensalada, tratando de mejorarla. La fruta, especialmente la ácida, combina mal con las verduras, las sales minerales de las verduras no “hacen buenas migas” con los ácidos de las frutas. La única excepción es la manzana.

6º Error: la sal refinada. Las sales anejas o acompañantes al cloruro sódico, Carbonatos, Sulfatos, no aparecen. Aunque nos la enriquezcan con yodo, no es para nuestro criterio, algo suficiente. Privilegiad en la medida de lo posible la sal marina integral, la sal de salinas.

7º Error: la mezcla de proteína animal-carbohidratos con valores de almidones elevados. La patata, en el estómago, tiende a rodear la carne, e impedir que sea bien tratada por las enzimas digestivas. El bolo, va recorriendo los diferentes segmentos del intestino delgado, sin entregar todos los nutrientes a la sangre, dado que no han llegado a ser separados convenientemente. Se llega de esta manera, al intestino grueso, con alimento no convenientemente digerido o procesado previamente, con lo que se produce una reacción de putrefacción, al encontrarse los clostridios, un tipo de bacteria intestinal, con los ácidos biliares secundarios, los productos resultantes, entre ellos, cadaverinas, putrescinas, 20-metilcolantreno, normocolenos, índoles, fenoles, tomaínas, etc, van a incrementar la flora de putrefacción en detrimento de la de fermentación.

La erosión sobre el epitelio del colon, permite con el paso del tiempo una mayor permeabilidad del mismo. Esto supondrá una sobrecarga para el hígado, que recibe vía sistema portal toda la corriente de nutrientes y la carga tóxico-alimentaria.

REFERENCIAS:

A. González: Una Excursión por la Medicina Natural y mis mejores Trucos de Salud., Edita el Autor. https://tinyurl..com/yc4f8n9s

Jorge Pamplona: Enciclopedia de los Alimentos, Edit. Safeliz, Madrid, 2003.

J. Gil Muñoz, La Salud por los Alimentos, Ed. autor. Huesca, 1998.

https://tinyurl..com/yc4f8n9s





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